Libertad es disentir,
No pensar, reaccionar,
Ni opinar, sentir y vivir igual.
Mantener con dignidad
La propia forma de entender,
O incluso dudar al actuar,
Sin necesidad de asentimiento,
O temor a una desmedida incomunicación.
Si algo tan básico, elemental,
Se convierte en imposible,
Los fantasmas resurgen del interior,
La inseguridad acorrala,
Y la supuesta realidad
Se convierte en enemigo
Al que no hay ejército que sepa derrocar.
El orgullo, la rabia y la pena,
Todo un gran demonio
Que te obliga a cometer
Actos estúpidos, mezquinos,
Que agrandan su ventaja
En esa, la gran partida:
La misma vida que lucha sin cesar,
Encontrando tinieblas,
Apagando poco a poco tu luminosidad,
Debilitando tu respiración,
Ahogando tu ser
Hasta inerte caer.
MARTA DORESTE