juan maria

ÍMPETU

                           


Como el aura

sobre el bosque ondeante

y como el tenue colibrí

en el cáliz

avancé en procura

de la fragante piel

con su tersura.


Esperé paciente al Sol

que traía el alba desde oriente

para abordarla con tibieza

en el frío de sus muslos apagados.


La atraqué con el impulso primitivo

de mil pájaros eróticos.

Fui mas allá de la vida

y de lo extraño

como un naufrago borracho.


Persistente como el brazo 

del soldado

golpeando los clavos de la cruz.

La acometí

como la embestida de la ola

a la inconmovible roca.


Ígual que la fuerza de la Luna

que levanta un mar.

La invadí como un buzo antiguo

que busca perlas en otros mares

y en el de Omán también.


Los gorriones de su pasión

cayeron desde el cielo

y recien me detuvieron

sus suspiros extenuados.

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