alicia perez hernandez

Esa Ășltima noche amor.

Esa última noche amor.

En suspiros adherí tu piel, a mi piel

Sentí tus labios sobre los míos

y nos fundimos en ricos besos de amor,

pase tus manos por mi cuerpo

mil veces, para dejar huella de tu amor,

y me desnude ante tus bellos ojos,

me abrace a tu pecho desnudo

y me abrigue con la piel de tu cuerpo

y me cubrí de tus besos…

Amanecía y seguíamos juntos,

tus manos descubrieron mis gacelas

y entre tus dedos jugueteabas.

Mis labios buscaron con ansias los tuyos

para bebernos la ambrosia de tenernos.

La piel se sentía entre las sábanas,

feliz de vibrar entre tus brazos,

las entrañas gustosas se juntaban

como el cielo con la tierra.

Tu piel morena se confundía con la mía

en el abrazo fervoroso que nos dimos,  

al canto del gallo, me aferre a tu cuerpo

y al ver el sol entrar por la ventana,

te deje ir…

como se va la golondrina…

como se va el sol…

y con su noche llegan las estrellas,

y te vi, en una de ellas,

con deseos de mí, y  yo de ti...

Esa última noche de amor que nos dimos.

La distancia nunca fue impedimento para amarnos

Nos dimos con el alma, con la piel y con la vida.

 

Alicia Pérez Hernández

-No es la pluma la que escribe es el alma-

 

El vino del amor

 

para ti, Alicia

Lleno voy de deseos.
Tu mirada en mí está
-madeja de ilusiones,
pasión hambrienta
de besos quietos
en labios
de brasa-.

Espigas de oro
son tus trigales;
vino aromoso,
tus vides,
mecidas por el abanico
de tus vientos azules
-vid coronada
de pámpanos:
pasión enamorada-.

Brotan de tus racimos
licor lírico de canciones:
néctar de paraíso derretido,
que en la dionisíaca copa
bebemos del fruto de la parra.

Bebemos del vino del Amor
bajo la noche:
noche española, noche mexicana
-última noche-
en copa
de luz romántica
alzada
en luz de luna
apasionada.

(Velas encendidas alumbran
el camino de ilusiones cuajadas,
que el vino alegra
el corazón y la palabra
y la voz de los mariachis cantada.)

Chin chin:
suenan las copas
del vino del Amor
-última madrugada-,
dándonos luego, vida mía,
lo que nos dimos
el otro día.

(El Vino del Amor
nuestros labios abrocha...
hasta la amanecida
en el tálamo del ardor
nupcial.)

 

 

 

Salvador -23-6-11- Úbeda Granada