Cómo no recordar en este espacio del tiempo
en que nuestras almas reposan sosegadas en las horas
que viajan en pos de ensoñaciones y viviencias tan lejanas
en los días de juveniles y encantadas experiencias.
Cómo no saborear el sueño imperceptible
al alcance de mi mente
de los días en que mi esencia fuerte y definida
pululaba en los encantos imborrables de mi escuela amada.
Cuantos años han pasado por las esquinas de las horas
para traernos a la presencia del tumulto de los tiempos,
y acumular con un canto de sirena enardecida
de cinco décadas y tanto más...la memoria de su encanto.
No te preguntes cómo ni cual es esa historia,
la que guardas en el cofre de tu vida,
solo escucha el palpitar de tu experiencia
y sentirás cómo te sientes nuevamente centralin@.
Posa tus ojos en mitad de tu alegría
y encontrarás el recuerdo que te espera en la añoranza.
que te baña nuevamente como a un niño
y te amarra al recordar tu escuela amada.
Tu escuela noble, tu escuela magna, tu escuela enamorada.
Escuela que te envuelve en su corazón de escarcha
y asienta en la hermosura de tu pecho
un alma por los recuerdos conquistada.
No podrán por los atrios de la vida
los dolores ni las penas que nos matan
desterrar de nuestras almas las delicias
ni las risas ni los deleites que pasamos
en el tránsito indeleble y maternal
al correr por los recuerdos tan queridos
que vivimos en nuestra ESCUELA SUPERIOR CENTRAL.
LEO HENRY
(LEONARDO HENRRICY)