Si la tarde aun no comienza
ya no tardes en llamarme.
Pues a traves del lujo de una idea sobrada,
dejaba un beso a la altura de tu aventura prosaica.
Yo que me detuve en mi mismo
para besar las plantas de tu pies
para llenarme del bíptico gráfico en feminidad
que tus piernas pregonan con acento de mujer.
Si la tarde aun no comienza
no tardes en llamarme...
Pues fui la prisión que encontró libertad en tu voz,
en ese color puro del rosa de tu piel nacarada.
Allí, idolantrando tu cuerpo como a un vellosino de oro
en el anacronismo de las tablas del viejo testamento.
Y te observo al talle simple de la belleza prestada
que me guardo para los dos.
Si aun no atardece
dejame un mendrugo de tu pan.
Pues he atestigüado la azaña pérfida de ser Yo-
que a veces no sé cómo rebanarme el ombligo
para pensar en sociedad y no en unindad sellada.
Programado así a tu amor lavanda de carmín en celo
Y en el ristre de tus disparos encuentro los
besos bajo el manglar de tu cintura.
Si amance de nuevo,
pinta el cielo de bucares....
Pues haz que con tus letras fractales caiga la tarde
deja que el sol nos hiera con su silbido naranja de las seis
y que nos den las horas para amarnos muy probos....
atizados a la figura eufemista del pasado
y atardece mis horas con los besos de tu carne.
Si atardece hoy, no te tardes en llamar.
Blas Roa