Se encontraban los dos solos en la sala de estar. El, con su niña sentada en su regazo, disfrutando de ese momento, pensando en cómo pasaba el tiempo y que en pocos años se haría una mujer. La niña a su vez, se sentía segura, protegida y querida por la persona que siempre estaba a su lado y que nunca le fallaba…
- Papá, ¿sabes que te quiero?
- ¿y yo a ti que te adoro?
- ¡claro que sí!,
lo sé desde que nací,
pero y… ¿cuando crezca y me haga mayor…?
- Más no te podré querer
porque ya tienes todo mi amor
no tienes nada que temer,
como padre a tu lado siempre estaré.
- Papá, ¿seré feliz?
- Me gustaría decirte que sí
pero el futuro no lo vi,
así que vive el presente como te gustaría vivir
y así llegará el mañana que tú quieras para ti…
- Papá, ¡solo te voy a querer a ti!
- Eso no debe ser a así
por tu vida pasarán otras muchas personas
a las que querrás y tal vez amarás,
todas ellas te enseñaran que el amor
es generoso y que cariño para todos habrá
y es que hay distintos tipos de quereres
aparte del que tú sientes por mi
todos ellos se complementan y enriquecen
déjalos que afloren en ti…
- Papa, ¿me voy a enamorar?
-Un día no muy lejano llegará
en que a alguien especial conocerás
y por el que sentirás una forma distinta de amar
-Papá y ¿cómo lo reconoceré?
-Para eso no tengo respuesta,
pero cuando llegue el momento
sabrás a quien has de entregar,
ese amor sincero que tu solo le podrás dar,
pero todo llega a su tiempo
y preparada has de estar
para reconocer al amor verdadero
y no dejarlo escapar…
será alguien que te quiera
como así mismo y mucho más
que venere, respete y cuide
a mi niña de ojos dulces,
como lo hace su papá…
-Ay papá, tu nunca me has mentido
así que esas cosas seguro ocurrirán
pero mientras estaré contigo
y mi amor nunca te ha de faltar…
Se abrazan, el padre con una sonrisa en los labios y los ojos humedecidos por la ternura que le despierta su hija que lo abraza con fuerza como queriéndole decir que todo lo que le acaba de contar, tardará mucho en llegar…