anbel

Oda al desamor

 

Un beso me robaste

y pensé que eso era amor,

con un beso robado

traicionaste mi corazón.

Me seguiste y me buscaste

pensé que me ofrecías tu amor

pero solo buscabas lo que todos

sin importarte para nada yo.

Asqueroso sinvergüenza,

¡vil engañador!

te llevaste mi inocencia

me rompiste el corazón.

Te lo habría dado todo,

un amor sincero y puro

hasta que te acercaste

no sabía lo que era el amor,

confié en tus palabras

en ellas vi amor.

Caso omiso hice de comentarios

me deje llevar por la pasión

conseguiste lo que buscabas

asqueroso picaflor.

¡Qué fácil fue para ti

engañar a esta incauta!

que veía en ti lo mejor,

te quería y te admiraba

y resultaste un cerdo cabrón.

Te lo habría dado todo,

todo sin condición,

pero no eras más que un canalla

un aprovechado ,

que una piedra tiene por corazón.

Te veía bello por fuera

pero no me di cuenta de cómo era tu interior

duro como una roca y más negro que el carbón.

Y de nuevo te acercaste

para engatusarme

y hacerme de nuevo el falso amor

pero no te esperabas

 que esta vez la patada te la diera yo,

de manera muy fina y educada

 diplomática, así como soy yo,

porque ya nada me importas,

no eres más que un pobre hombre

que tal vez se dio cuenta de lo que perdió.

 En el declive de tu vida te encuentras

pues eres mayor que yo

tarde te diste cuenta del tipo de mujer que soy.

Yo solo te quería,

quería disfrutar contigo del amor,

a mi vida renunciaba,

por estar juntos los dos

respetando la que tu tenias

y ocupando un segundo plano yo.

¡Qué engañada me tenias!

no sé como esto me ocurrió,

un dolor me has dejado

y es no recordar con cariño el primer amor.

Me engañaste a conciencia

pervertiste el amor

a ti te di lo que me pedias

sin conseguir nada yo.

Te llevaste lo que no merecías

y generaste desconfianza en mi corazón,

algo que hasta entonces desconocía

y que con el tiempo desapareció,

son secuelas que cuesta curarlas

cicatrices del mal amor.

Nada malo te deseo

embaucador del amor,

simplemente que algún día  sientas

en tus entrañas lo que he sentido yo.

¡Qué pena que solo me causes indiferencia,

asco y repulsión!,

de mi vida te he alejado,

¡eres un cerdo cabrón!.