Marellia

Carta

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Prometí escribir una carta y aquí estoy, con un café imaginario fuerte y amargo, gustoso al paladar, música tenue y vos Amauta, cierra los ojos, reclina tu cabeza  y deja que mi voz fluya y te alcance.

¿Que puedo decir que vos no sepas sobre mi? Creo que lo que no sabes lo adivinas en mis silencios, cada vez menos frecuentes, menos diarios, mas lejanos.

Sabes que adolecí de afectos o quizás no de ellos pero sí de muestras de cariño expresado en palabras o gestos, sabes que aun estoy pariendo dolores que no me doblaron, todo lo contrario me hicieron fuerte, que aun sangro, eso limpia y purifica, es bálsamo. También sabes que amé y me amaron quizás no con la intensidad, con la violencia que vos sentiste, pero a mi modo siento que esta bien y que aun puedo dar y recibir.

SABES CASI TODO DE MI , pero no estoy acá para decir lo mío, quiero desnudar tu piel, hacer mía tu alma, hacerte mío, en el cuerpo del recuerdo de todas tus amantes, todas aquellas que saborearon el placer de tus labios, la plenitud de tus manos, la longitud plena y vibrante de tu cuerpo, tu semilla, tus gemidos, esos largos espasmos de agonía y placer y luego esa íntima comunión de yacer abrazados recuperando el aliento, húmedas las pieles, aferradas las manos, dormido el sexo, y el alma despertando, mística de cada entrega en que se fusionan el hombre y la mujer , hembra macho.

ESO QUIERO. Ser todas ellas que te habitan en recuerdos y te habitaron, vívidas y ardientes, mis hermanas, mis amigas porque tanto te amaron.