quisiera llorar, llorar, llorar, pero..., para que,
si ni siquiera podre tenerte a mi lado
para refugiarme en tu regazo
y asi me brindes tu dulce calor de mujer
como un piadoso consuelo.
veras a mis ojos llorar, pero nunca
sabras su razon,
pero ni siquiera podre tenerte a mi lado
para que a travez de alguna caricia tuya,
aminores un poco mi dolor.
ahora mis ojos son nubes de invierno
que precipitan su dolor;
trocitos de mi alma que no tienen
ni dicha ni amor,
ni un poco de amor.
dicen que los hombres
nunca deben llorar,
que es un acto de debilidad;
pero si su alma de dolor se desmorona
como su pena lavara.