Caminante que caminas por los campos de Castilla,
decidme buen caminante si es verdad que el cielo brilla.
si esa luz verdiamarilla ensimismada o errante
se asoma tras las colinas e invade el dulce semblante.
Cuéntame para que ensalce yo a esos campos y a esas villas
de mis tierras, trashumante, -labriegos, gentes sencillas-
cuando triste, junto al fuego de mi hogar, por el nublado,
sufra y llore, tan frecuentes en el suelo vascongado.
No sigas más adelante, para un rato a descansar,
Dime todo lo que sepas de esas tierras que yo añoro,
el llano o las estepas, pardos montes, campos de oro,
de mi infancia fiel tesoro ¡nunca ya os podré olvidar!
-¡No puedo más, otro día..., tengo tanto que correr...
de aquesta tierra bravía tengo tanto que aprender…
No puedo más, algún día... -Pero no ves buen viajero,
no puedes ver que yo anhelo, que yo quiero...que yo espero....
Ya se ve en la lontananza, ya tuerce el camino, ya...,
adios mi triste esperanza, viniste de cualquier modo,
ya nunca más volverás. El cielo ya empina el codo,
muere el sol de un gris beodo, la tarde cayendo está.