Oscar Perez

La oda de los miles que resisten

La oda de los miles que resisten

 

Qué bien por lo que saben por qué luchan,

por qué ha salido el sol o aquella nube,

por qué no hay nadie más adonde miro,

por qué sin explicar se van cantando.

Qué bien por los que, sepan o no sepan,

se rascan la cabeza, toman vuelo

y se echan a vivir día tras día,

seguros de que nada más precisan,

contentos de que amar ya no haga falta,

sencillos al tomar su sitio en todo.

Qué bien por los que aplauden, giran, lloran,

pero no se detienen tras el caos,

prosiguen su marchar por las espinas

o las rosas, nunca saben qué es primero.

Qué bien por los que aprenden o preguntan

u olvidan, da lo mismo, sólo viven,

sólo pasan sin saber lo que has escrito

ni cómo los observas, admirado.

Qué bien por los que empiezan nuevamente,

una y mil veces, las que haga falta a diario,

y ni muertos comprenden lo que ha sido

tratar de descifrar el laberinto.

Qué bien por los que ardieron sin más queja,

odiaron sin piedad sólo al injusto,

dudaron ciertamente, mas no vieron

en ello una razón para no dar abrazos.

Qué bien por la bondad que, simplemente,

los reparte en el pan de los trajines,

en el mar del dolor, en las esquinas

en que a la prostituta le encendieron su cigarro.

Qué bien su soledad, jamás va sola,

qué bien su libertad, más libres busca,

y en ese corazón qué bien la arruga

que queda sin planchar porque mañana es otro día.

Qué bien porque ya fueron a la escuela,

ya votan, ya trabajan, se casaron,

dejaron a sus padres en un prado

a cuyo césped llevan nietos como flores.

Qué bien porque si aún nada consiguen,

ni estudios, ni dinero, ni progreso,

no han pensado jamás que es todo injusto,

sino a quién ayudar en la ascensión de nuestro mundo.

Qué bien porque no mienten, no han escrito en vano,

no inventan armamentos ni los usan,

porque sencillamente si la silla es coja

la cambian por un banco o por un piso de madera.

Qué bien por la ciudad que los habita,

por el vino en que estoy con mi horizonte,

mirando cómo ya se van felices

y me dicen salud, muy buenas tardes,

qué bien porque sonríen si contesto,

y me dicen qué bien, qué bueno es verte,

nos faltaba una voz y ya has venido.

 

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22 06 14