Se calla el silencio entre espumas vacías,
mi verdad llora ausencias de tiernas miradas,
y en mis sendas calladas se siente la angustia
de un Dios que en secreto se muere en mi alma.
La estrella y la luna descansan dormidas
sin brillo de auroras ni rayos de plata,
llorando la pena de un alma marchita
se van por los cerros de noches quebradas.
Es que en el amor solo hay despedidas,...
no hay brisas que besen ni sueños que abrazan,
el desierto canta y se entrona en mi vida
y un cadaver mustio vive en mis entrañas.
Hacia dónde el viento arrastra a mi alba
con rumbos perdidos sin luces ni encantos,
mis días sin horas me marcan la nada
y todas mis ansias se van desojando.
Me duele la ausencia del amor divino.
Dónde la esperanza de mi Dios se escapa?
Será que en mi pena me siento perdido
y el espíritu santo no encuentra templanza?
No quiero perderme...quiero ver mi vida
bañarse en las aguas de hermosa alborada,
soñarme en los bosques de tiernas caricias
y ser para Dios como ofrenda de nacar.
LEO HENRY
(Leonardo Henrricy)