Estas llena de coraje, que te han vendado los ojos,
y te pasas recordando cosas que ya pasaron;
y que algún momento dado, causó daño entre nosotros,
y eso es lo que te digo, olvidemos el pasado.
Si algo a ti te exijo, es tan sólo una sonrisa,
que brotara de tus labios, llena de amor hacia mí;
y tú siempre me la niegas por más que yo te suplique,
si eres lo mas que amo, porque me tratas así.
Tú me culpas, tú me culpas, de muchas cosas superfluas,
que ya forman una mecha, extensa y sin final;
y yo que te quiero amar, cada día con mas fuerzas,
tu haces que mi conciencia, sea un rio sin caudal.
Que mucho tiempo ha pasado, sintiéndote a mi lado,
y tus recuerdos malvados, nos van a desintegrar;
este amor que he soñado, que se muera en tus brazos,
y que tan sólo termine, si Dios me manda a buscar.
Pero yo lo presentía, mi corazón me advertía,
que si tu así proseguías, nos iba a perjudicar;
más tú culpándome siempre, sin liberar esa mente,
es hoy que posiblemente, nos vamos a separar.
Mi suerte nació marcada y fue creciendo conmigo,
yo tengo a Dios de testigo, que como a nadie te amé;
mira si fue tanto que, tú sabes que no te miento,
dime tú si no recuerdas, que con mi propia madre,
sí, con mi propia madre, te he llegado a comparar.
Pero si ya no me amas, y te apartas de mi lado,
es un tema un poco agrio y no te he de obligar;
mi sentimiento hacia ti, queda aferrado a mi alma,
trataré de ver si calma, lograre para olvidar.
Mira que problema tengo y eso me pasa contigo,
yo que he escrito mil poemas y se me hace tan fácil;
siento un poco más pesado este que te dedico,
y quizás sea el final, entre tu amor y el mío.
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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita