Raúl Daniel

Dios

Dios

 

Siempre hubo y hay personas

que creen conocer a Dios,

y no niego que sea cierto,

para hacerlo: ¿Quién soy yo?;

porque también lo pretendo,

lo busco y anhelo,

por eso La Biblia leo

y le hablo en oración.

 

A veces me ha dado sueños

y en otras tantas visiones,

en contadas ocasiones,

oí su voz en mi mente;

lo hizo súbitamente

y hasta un poco me asustó,

otras veces consecuente,

al hablarle, respondió.

 

También me encuentro en la lista

de los que saben su Nombre,

también sé que Dios y Hombre

(y aunque mi mente resista)

Él es, fue y será siempre,

porque Jesús es Eterno;

Él es la Luz y es el dueño

de toda la creación.

 

Y cuando aprendo la historia

de lo \"qué\" y \"cómo\" pasó,

me quedo maravillado

de como Dios nos ha amado

y de ¡cuán grande es Dios!...

y en mi corazón comienza

a crecer un sentimiento

de amor a Aquél que me amó.

 

¡Cómo del cielo bajando!

y haciéndose criatura,

(el que era Creador),

y ya que nadie lo hacía,

demostró que se podía

el pecado evitar,

y sin pecado, ¡la muerte

no nos podría tocar!

 

¡Cómo del cielo bajando!,

y abandonando su gloria,

hizo tal cambio en la historia,

que todo el mundo cambió;

para bien o para mal

hubo que tomar partido:

¡Se es de Dios o del Diablo,

después que Cristo bajó!

 

¡Cómo del cielo bajando!,

y humillado a tal grado

y en tal extrema pobreza,

ni en qué poner su cabeza

ni un techo donde cubrirse,

siendo de todo Señor,

habiendo creado todo,

¡nada tenía el Creador!

 

¡Cómo del cielo bajando!,

Aquél que lo llena todo,

que no conoce de límites

y en todas partes está;

estableciendo fronteras

en cuerpo, tiempo y lugar,

vino a estar en Palestina,

¡unos dos mil años atrás!

 

Me cuesta un poco entenderlo,

pero por fe lo he creído,

ya que la fe me ha servido

(ese don que Él me dio),

y que en el mundo usé

para tantas otras cosas,

ahora la pongo en Él:

¡que es el lugar mejor!

 

¡Por fe creo que Dios es uno

a pesar que no parece!,

se presentó tantas veces,

de tan variadas maneras,

que quieras tú o no quieras

puedes tener confusión;

pero dice el mandamiento:

“Dios es uno”, ¡créelo!

 

Moisés vio una zarza ardiendo,

fuego y nube el pueblo vio,

brisa suave fue a Elías

y un Príncipe a Josué habló,

cara a cara con Moisés

fue  que le dijo: -“Yo Soy”.

con Adán Él caminaba,

con Abraham hasta comió.

 

Como Padre dijo al mundo

de Él mismo que era Hijo,

como Hijo oraba al Padre

por nosotros y pidió

que, después de su partida,

enviase “otro” Consolador...

¡y que Él mismo sería!...

¿lo entendemos tú y yo?

 

A veces lucho con Él,

pero no como Jacob,

él peleó contra un Varón

y sobre Él prevaleció;

Jacob lo hizo en la carne,

yo lo hago en oración,

¡los dos somos Israel,

quitando a Dios bendición!

 

A Daniel y a Juan terribles

visiones de Él mismo dio:

Varón con ojos de fuego...

pies relucientes cual sol...

también anciano de días...

y ahora voy a preguntar:

¿Habrá límites posibles,

si Dios se quiere expresar?

 

¡Ese Dios es la persona,

que yo quiero adorar,

adorar es la manera

más grande en que puedo amar;

y lo haré por cada cosa

que de Él logre entender,

pero si no entiendo, lo mismo,

¡por fe lo he de hacer!

 

Lo adoro porque creó

este mundo en que piso,

lo adoro porque me dio

la vida y la salud,

lo adoro porque me puso

el don de la poesía

y también por la alegría

que me da el día de hoy.

 

Lo adoro porque me vio

enfermo en mi pecado

y por el Diablo atado,

en horrible corrupción;

pudiendo haberme dejado

y, en la muerte, olvidado,

se despojó de la gloria

y ¡a salvarme bajó!

 

Y no esperó para hacerlo

probarme primero a mí,

sino que Él ya es así

y ama porque es amor,

y antes que yo naciera:

por amor a mí murió

y en ese acto, mi vida,

Su muerte, resucitó.

 

Cuánto daño que le hice

a Ese que más me amó

y que ruega mis amores

en sincera adoración,

... ¡Cómo corrí a traicionarlo!,

... ¡Cómo mi boca besó

la boca del mismo Diablo,

y no la boca de Dios!

 

¡Cómo rasgué sus entrañas

cada vez que pequé,

cada vez que forniqué

tras mis amantes,

pagando con el dinero

que me había dado Dios!

... ¡Cuántas veces arañé

las fibras de su corazón!

 

... Y Dios nos está mirando

todo el tiempo y ve

cuando lo estamos haciendo

... y nos lo deja hacer,

mientras los clavos recibe,

soportando los azotes

¡de los asquerosos actos

con que pagamos su amor!

 

Y... Él podría matarnos,

si tú lo dudas, yo no,

pues no me cabe la duda

de su poder, mas también,

por su poder se contiene

y es tan grande su poder,

que usando misericordia,

¡nos perdona con amor!

 

Sólo debemos creerlo

y poner en Él la fe,

arrepentirnos en serio

¡y no volverlo a hacer!...

 

Él nos pagará con creces,

por cada cosa, cien veces,

¡cien besos, por cada beso

que le demos con amor!

Él no nos hará mal,

al contrario, sólo bien,

y hasta aunque lo maltratemos

y de Él nos olvidemos...

¡sólo bien recibiremos!

... sólo bien Él quiere hacer.

... Y, ¿un amante así,

¡quién no quisiera tener!?

 

Dios tal vez sea inexplicable

y hablando de Él no termino,

y, por más que en mi camino

creo haberlo hallado

(pues Él me buscaba a mí),

no entiendo a Dios muy bien creo,

sólo lo que siento y veo

es lo que puedo decir.

 

Voy a dejar de escribir

sólo porque siento hacerlo,

es Él quien me está guiando

y me lo mandó hacer;

mucho más quiero decir,

pero en realidad no puedo,

pues tengo los ojos llenos

de lágrimas... y no veo...