Ya se acostaba la noche entre sus sueños,
De silencio, de quietud y de aroma a pinos estaban hechos,
Entre las sombras sus duendes eran dueños de los susurros al pasar…
Las arboledas meciéndose parejas
Con verdes hojas y alguna bella flor,
Y los suspiros de brisas como quejas,
Cortando el aire en un leve temblor…
En el descanso sutil de medianoche,
Cuando el rocío se posa distraído
En el ambiente externo en que reposa,
Se oye el sonido tan propio de la noche
Junto al aliento que llega como herido
Tal vez robado de alguna bella rosa.
JULIO CASATI