Hermosa mía,
que a destiempo llegas.
Arribas cuando el ocaso
a lo alto tengo.
Alborozas mi crepúsculo,
con tu jacarandosa
juventud.
El declive en la vida disimulo,
mi cielo sin estrellas
ha quedado.
En mi huerto ya no florecen rosas
marchitas vegetan.
Nuestros destinos diferentes son
tú vives en floración,
derrochas exuberante fragancia.
En cambio yo,
refúgiome en la declinación
de la existencia.
Encantadora diva
tener primaveras envidio,
Y a tus pies situarlas
todas ellas, todas.
Mi tiempo ya no existe,
desfiló sobre senderos de
longevidad.
Agua fresca eres
a última hora la presencia tuya.
¡Apareció!
bambam