Embelesaré tus sentidos,
como una gata negra,
me acercaré maullando a tí,
atacaré en la distancia corta,
movimientos felinos,
un seductor movimiento de caderas,
te acariciaré el alma,
a través del descaro de mi corazón,
verás mi jeta y desparpajo en la seducción,
pero... ¿estarás preparado para soportarlo?
¡Ey chico! ¡No te confies!
Huye, estas en peligro de corrupción,
como una disrrupción,
atraparé tu corazón,
si caes, tendré todo de ti.
Aún puedes huir,
pero si me decido a tenerte,
nada podràs hacer.
¡Ey chico! ¡No te confies!
Disfruta la libertad,
eres libre, no me provoques,
o me convertiré en verdugo de amor,
francamente no quiero esa responsabilidad,
aprende en otro lugar.
Con sigilo y mirada pizpireta,
me acercaré por detrás te abrazaré,
me arrimaré a ti con mi pecho en tu espalda,
te susurraré... “me gustas”...
y te daré un beso en tu mejilla...
¿Como te quedarás?
¡Ey chico! ¡No te confies!
En un movimiento gràcil y rápido,
atraparé tu cuello,
te acercaré violentamente a mi,
y me quedaré cerca de tu boca
haciéndo que desees mi piel...
¿Que vas hacer si retiro mis labios cuando esten a 2 milímetros?
No tengo ninguna técnica en seducción,
lo mío es encanto natural, alegría y muuuucho descaro...
¡Ey chico! ¡No te confies!
¡Ey chico! ¡No te confies!
¡No me provoques!