esthelarez
273. La MáS CoRtA hIsToRiA De AmOr…
Una cornisa rocosa de consistente lapidar
hizo el hallazgo de hechizo de abigarrado color.
En el sistema de montañas dos altivos pabellones
ondean banderines de mieses, cual sendas de abruptas cascadas
de no virginales miradas que se yerguen entre planicies y pálpitos
donde devora el color, la piel madura con incienso de arrebol.
En la fuente del viviente, quiso plasmar ese beso.
Un nacimiento, se hizo con la explosión del volcán que en ebullición
atenazó la presencia del amor del peregrino
en su más ardiente candor…
Cada surco, el heraldo sometió a capciosa exploración,
con la seda de sus labios y la suavidad de los dedos
que temblorosos se mecían en cada céntimo recorrido.
Fue prisionero embestido por la voluntad de su amada.
La estancia fue de amor henchido y de cada cuerpo en su extensión.
Refrescante era la batalla, cuando deambulaba la razón
que hasta ahora conquistaba el peregrino en cuestión.
Convirtió en blasón cada legión conquistada
en la ruta eternizada de la amada consumada
con efusiva paciencia y la más vehemente pasión
que desde entonces los acompañó para dar colorido y calor
al invierno que coronó cada lustro en que se amaron
hasta llegar a la eternidad. Y en este mundo vetusto,
solo una lápida quedó de consistencia rocosa
como prueba del gran amor entre un soldado cansado
y una dama apesadumbrada por los atropellos en cuestión.
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R.D.A. de esthelarez de Colombia
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