josemiguel

Hablé con mi conciencia

Luz, y José Miguel? Yo no sé, Tan sólo lo sabe él,

Se levantó tempranito, se bañó, se perfumó,

Y como lo sabe hacer, ya arrancó para la calle;

Pero no sabes a qué, él no te dice nada?

 

Como ya te dije, Tan sólo lo sabe él,

Y como hombre con maña, él sus cosas se las calla;

Me habla lo necesario, de sus hijos, de su casa,

De sus nietos, y de la bisnieta chula, que la tiene dentro el alma.

 

Lo que sé que cuando llegue, ya vendrá con un embuste,

O un cuento de los que hace, que hipnotiza cuando habla;

Pero que crea soy tonta, debe andar tras de unas nalgas,

De esas que tanto sobran, pero en decencia escasas.

 

La vida es un misterio, por eso me ves tranquila,

Yo lo he amado sin medidas, y por siempre lo he de amar;

Porque sé soy su mujer, sobretodo un ser humano,

Dios quiera que yo no falte, si un día cae encamado.

 

No es que yo se lo desee, Dios me libre de pensarlo,

Pero los hombres no saben, que un amor que es callejero,

No pasa más allá de eso, son pasiones de algún rato;

Y la mujer de la casa, es hija de un todo Dios soberano.

 

Luz, dónde está José Miguel?  Me dices que tú no sabes,

Pero tan pronto regrese, dile que vine a buscarlo,

Te advierto, me ves, y sé que no me conoces, porque ando disfrazada;

  y tú tan buena mujer, a esto no estás acostumbrada.

 

No te olvides, dile que vine a buscarlo, que me llamo la maldad,

Y que no ignore que lo amas, como nadie lo amará;

Que no salga para nada, menos detrás de mujer,

Que si ha sufrido por otra, no busque sufrir ya más.


 

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José Miguel (chemiguel) Pérez Amézquita