Recién son las doce
las tibias sábanas nos arropan
un gemido se escapa de mi boca,
en cada beso muere el silencio.
El corazón late ardiendo,
mis manos aplacan el deseo,
volando juntos al infinito
regresamos al mismo tiempo.
Te miro y me miras
suspiro y suspiras
las palabras sobran
solo se escucha
un beso de amor.