juan maria

LA DAMA DEL PARRAL

Bajo las uvas

bañadas de la Luna

el deseo de una dama

detuvo mi andar

por el sendero del parral.


Sus ondas encendidas

fueron vocación

canción de la noche

y horas encantadas.


Los labios y la lengua

inflamaron fuegos celestiales

en el ojo y en la carne

en la uva y en el brote.


No había poetas

ni metáforas, ni rimas

no había poesía

era lo sensual lo que valía.


Nos ofrendamos soberbio

nuestro deseo exuberante

en esa fiesta redonda

de la libido, del hollejo

y del lucero

bajo la parra encantada.


No olvidaré las uvas

del verano

ni a la bella señora

de los amorers sin amor

ni a su erótica devoción

con luciérnagas y ranas

por el sendero del parral.

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