La niebla es como la vida
aparece como danzante, acompañando a la brisa
no solo es invisible el paso del prójimo
es acústica de las voces, que se aíslan a pocos metros
es como la vida breve y deliciosa, una bendición de rocíos y vapores
así amigo del alma, apareciste una mañana muy de madrugada
y te fuiste , desapareciendo lentamente en mi conciencia
como reclamarle al creador que breve es la vida, asi como las brumas
que el invierno se hace bello si hay un tizón encendido en la casa
juventud llama encendida en las manos
lozana la piel rozagante de amores del tiempo
pensare que volverás una mañana cualquiera
en nuestros hijos, los tuyos y los míos
así es la vida, tras la niebla de vida misma,
juventudes, brincos, risas
besos y abrazos,
ingenuos corazones, sin odios sin inquinas
en mi pecho guardo, cada fugaz instante de tu abrazo
en la siestas murmurando como el rio, sobre las piedras
coro de niñitos, trayendo paz a los viejos,
mientras miraban para adentro, en sus sueños.
Darío Ernesto Muñoz Sosa
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