Que nadie vea jamás
que hay tristeza en la mirada.
Que las sombras en la cara
productos del desamor,
se reemplacen por fulgor
que enmascare una nostalgia.
Con actitud animada
que haya entrada sonreída
en la alcoba triste y fría.
Puerta cerrada con traba,
que no se vean lágrimas
de un rostro sin alegría.
El llanto que aparecía
sea un dolor contenido.
Que nadie vea vertido
el llanto o la aflicción.
Que el deshecho corazón
sea el único testigo.
© ESCRITOR INGEL LAZARET