CONSUNCIÓN.
Sin magos, sin héroes, y sin dioses
destella y ciega, encandece y treme
la fusión del todo con el todo,
y fisiones nucleares catastróficas,
originan liberaciones energéticas espeluznantes,
haciendo efervescer en clímax apoteósico
de rayos y centellas.
Horridas tempestades lumínico-calóricas,
generadoras de cortinas gaseosas
de vapores al rojo en ascenso
hacia una atmosfera difusa,
confusa, caótica inconclusa,
que por condensación se precipita
hacia las abisales depresiones
creando nichos donde fusionados
los más elementales micro-bìos,
basamento serán del ser que vibra,
se agita, se estremece, se complica
y deviene en diastróficos vaivenes
de la sima abisal hacia el pináculo
de las montañas jóvenes de entonces,
hoy antiguas, enanas, erodadas,
no por azar depositarias hoy
de milenarios fósiles marinos.
Pangea por las olas estrujada
sumergida, emergida y dividida
por isostacicos lances orogénicos,
separase y arraiga cada parte
en el fondo oceánico,
destino a donde fue a parar al son del vórtice
de huracanes, tsunamis y equilibrios.
El verde se hace selva, sabana, estepa, bosque,
se hace llanura el suelo, valle, meseta, monte,
y oronda cordillera.
Del agua emerge y plantase en la tierra
la vida que en procesos devenía,
y se hace humana, y bípeda y pensante
y el horizonte se hace más distante,
y las manos conexas al cerebro
abren caminos para el pie que avanza
en marcha incontenible hacia el presente
sobre la base del trabajo humano
usado para el bien de los más fuertes.
Y no es la fortaleza de los músculos,
sino la de la astucia y la marrulla
la que hace lideres frente a las masas
que terminan creyendo en los poderes
y en lo infalible de chamanes, brujos,
sacerdotes y papas
poseídos por estos por virtud de los dioses
por ellos mismos hechos para llenar los pueblos
de miedos y milagros, y premios y castigos
y destinos divinos
Y cada cosa tuvo su dios,
y cada dios tuvo su territorio
y su recua de crédulos
y sus delegatarios,
papas y sacerdotes,
chamanes, curanderos,
brujos y adivinantes.
Y cada dios exige su culto,
templo y rito
con sacrificio humano
con himnos y danzantes
y cada pueblo siente
que su dios es el único
y su fe es el camino
para llegar al seno de la divinidad
que lo espera al morir
tras haber soportado
con actitud estoica
la vida miserable
que le impuso su fe.
Y cada fe se lanza
a conquistar el mundo
con la convicción firme
de ser única senda
para llegar al cielo,
al nirvana
o al punto de partida
a la nada donde todo es no ser,
no placer, no dolor,
no anhelo, no fracaso.
Y cada fe se arma
de cruces y estandartes,
de espadas y arcabuces,
y una veces en nombre
de dioses y creencias,
y otras más en el nombre
de paz y libertades
y demofarsas cínicas
se lanzan contra pueblos
con menos armamentos.
Y con empalamientos,
crucifixiones y horcas,
y con aplastamiento de pueblos
bajo tanques y bombas y venenos,
los astutos que han hecho del sudor de los pueblos
su fuente de riquezas,
fungen de libertarios,
pacifistas, demócratas
y proclámense dueños
del mundo y sus recursos,
y condenan a pueblos
al hambre y la miseria,
y matan a los hombres
antes de concebirse,
mas los sobrevivientes
nacidos en la orilla más lejana
de alguna leve oportunidad,
en cárceles, tugurios,
bajo puentes y árboles,
van creciendo al influjo
de la rabia y la envidia,
van creciendo sin alma
para el bien porque a ellos
nada bueno les pasa
al pasar por la vida.
Y ellos los que son nada
porque nadie les tiende una mano de ayuda
por ser hijos de nadie y basura en las calles,
se adueñan de las calles
y en ellas como sombras malignas
detrás de cada esquina, con changòn y puñales
merodean a la espera de víctimas propicias
a quienes rapan todo, hasta la misma sangre
de los llamados buenos ciudadanos
que nada bueno hacen por los de más abajo.
Y los astutos ante la estulticia
de la gleba creyente en la marrulla
de los posesos por la diosamenta
alumbrada en la antigua oscurantìa
donde dioses y cielos,
y demonios e infiernos,
prometen y amenazan
a las almas obtusas
con glorias infinitas
y castigos eternos,
disyuntiva que pone
en las manos del sátrapa
el fruto de la fuerza y los saberes
del hombre que trabaja,
la tierra donde eran como el viento
libres los aborígenes,
los recursos que hacen de esas tierras
emporios de riquezas,
la voluntad de pueblos
antes dueños de su cosmovisión.
Y así, bien por la fuerza
de miedos seculares
metidos en el alma popular,
o bien a fuerza de hachas
y de espadas,
fusiles, bayonetas y metrallas,
tanques y bombarderos,
la fuerza de trabajo,
el sudor de los hombres y mujeres laborantes,
los bienes materiales nacidos en sus manos,
los suelos y subsuelos,
los ingentes recursos renovables
y los no renovables,
todo, todo lo habido y por haber,
lo ya inventado y lo que inventarían
se fue adhiriendo de la sangre esclava,
se fue pegando de la sangre sierva,
se fue aferrando de la sangre obrera,
sangres chorreantes todas
en las manos masacrantes
de esclavistas, feudales y oligarcas,
constructores de un mundo
donde todo es para el usufructo de unos pocos
a costa del trabajo de unos muchos.
Y los usufructuarios de la fuerza,
del sudor, del trabajo, y del producto
de obreros, campesinos e informales,
no satisfechos con hacerse dueños
del tiempo y el saber de laborantes,
emprenden con perversa iniquidad
su depredante acción sobre el planeta.
Y van por la madera de los bosques,
con sierras, fuego y hachas,
Y desgarran la piel de pacha mama
con dinamita y dragas y tractores,
en pos de codiciados minerales,
Y rasgan los estratos de la atmosfera
con poluciones varias y dañosas,
Y por mares y selvas y por ríos
van por la ropa de los animales
para vestir con ella a quienes pueden
vestir su piel con pieles de alto costo,
Y van por el petróleo de los pueblos
y con mano de obra de los mismos
lo extraen del subsuelo,
y se lo venden a sus propios dueños
a precio de importado,
Y van con sus maquilas a los pueblos
donde abundan las manos sin trabajo
que pagadas con mísero salario
de mercancías inundan los mercados
causando quiebra y ruina a empresarios
de medianos y bajos capitales,
Y van por la tranquilidad,
sosiego y paz de gentes campesinas
con ejércitos y paramilitares,
asesinos estatales
y sicarios particulares,
quienes en incursiones mancomunadas
expolian de sus tierras,
sembrados y animales a los hijos de la tierra
para usufructo
de modernos feudales en ascenso,
Y van por la conciencia electoral
del lumpen proletario
mercada con paupérrimos subsidios
creadores de mendigos
renuentes a la lucha por vida en dignidad,
porque sus vidas de alcantarillescas ratas
nutridas con bazofia deben seguir así,
mendicantes,
habitando tugurios,
prostituyendo hijas,
pariendo hijos sicarios,
formando raponeros,
traficando vareta, bazuca, armas
y haciendo cada vez más inmensa
la población que medra
a expensas de un estado amarrador de votos,
promotor de violencias
y protector de aquellos que incrementan su renta
a costa del trabajo, el sudor
y la sangre de los trabajadores.
Y de entre los astutos surgen los más astutos,
y ejerciendo derechos y usando libertades
accesibles tan solo a los más poderosos,
quienes en desleales competencias arruinan
a los competidores de ínfima solvencia.
Y mientras los pequeños y medianos inversores
Uno tras otro en la miseria caen,
Y se hacen jornaleros de sus antiguos socios
Y recientes colegas, mas rapaces que ellos,
El poder de los fuertes monopolizadores
Reconcentra la banca, el comercio, el transporte,
se apodera del suelo, del subsuelo y de todo
lo en ellos contenido,
y dueños ya de todo
unos pocos señores, nuevos emperadores,
se darán a la horrenda tarea de cambiar
el verde por el negro, el gris, el amarillo,
el rojo y terracota de los suelos ya muertos
en desiertos conversos
y ya descongelados Himalaya y andes
y haber trizado todo con feroces deslaves,
los antaño azulosos y transparentes ríos
serán caños inmundos portadores de heces,
de pestes y hediondeces
que de lagos y mares harán un basurero
De pútridas y cálidas aguas contaminantes
de la anciana galaxia, desgravitada y loca.
Y los nuevos viajeros de la mar
ya no irán de turismo en suntuosos cruceros.
Irán a pie, mas nunca levitando,
A pie, de salto en salto,
cual carroñero hambriento
sobre los basurales que atestaran las vías
fluviales y marítimas
y mataran la vida que en ella antes había.
El azul de los cielos se tornara cenizo
a fuerza de abundantes humos polucionantes
brotados de las fabricas, emporios de riqueza,
donde la fuerza obrera gota por gota vende
por salarios de hambre su sudor y su sangre.
Los lagos y lagunas encogerán su diámetro
y serán arenales los que antes fueran ríos,
las lluvias serán acidas, cada vez más escasas,
y por falta de ozono, rayos ultravioleta
lloverán calcinantes sobre una tierra en ascuas.
Altas tecnologías harán en breve tiempo
masivas producciones con mano de obra mínima,
y entonces será ingente la masa desempleada,
que cada vez más pobre, muriendo vida indigna,
con escases de todo, sedienta y hambreada,
armada de coraje, por la rabia empujada,
hecha turba caótica, la emprenderá cegada
contra detentadores de poder y riquezas,
cuya sangre hará ríos
por aldeas y pueblos y ciudades quemadas.
Y después, cuando todo sea nada por causa
de la muerte engendrada por el hombre en la tierra
y la violencia lumpen por el hambre arengada,
quizás el ascua oscura subsistente y enfriada,
ya sin fuerza centrípeta emprenda fuga errática
por la galaxia anciana.
fernandocardonakaro