fernandocardonakaro

CONSUNCION

 

CONSUNCIÓN.

 

Sin magos, sin héroes, y sin dioses

destella y ciega, encandece y treme

la fusión del todo con el todo,

y fisiones nucleares catastróficas,

originan liberaciones energéticas espeluznantes,

haciendo efervescer en clímax apoteósico

de rayos y centellas.

 

Horridas tempestades lumínico-calóricas,

generadoras de cortinas gaseosas

de vapores al rojo en ascenso

hacia una atmosfera difusa,

confusa, caótica inconclusa,

que por condensación se precipita

hacia las abisales depresiones

creando nichos donde fusionados

los más elementales micro-bìos,

basamento serán del ser que vibra,

se agita, se estremece, se complica

y deviene en diastróficos vaivenes

de la sima abisal hacia el pináculo

de las montañas jóvenes de entonces,

hoy antiguas, enanas, erodadas,

no por azar depositarias hoy

de milenarios fósiles marinos.

 

Pangea por las olas estrujada

sumergida, emergida y dividida

por isostacicos lances orogénicos,

separase y arraiga cada parte

en el fondo oceánico,

destino a donde fue a parar al son del vórtice

de huracanes, tsunamis y equilibrios.

 

El verde se hace selva, sabana, estepa, bosque,

se hace llanura el suelo, valle, meseta, monte,

y oronda cordillera.

 

Del agua emerge y plantase en la tierra

la vida que en procesos devenía,

y se hace humana, y bípeda y pensante

y el horizonte se hace más distante,

y las manos conexas al cerebro

abren caminos para el pie que avanza

en marcha incontenible hacia el presente

sobre la base del trabajo humano

usado para el bien de los más fuertes.

 

Y no es la fortaleza de los músculos,

sino la de la astucia y la marrulla

la que hace lideres frente a las masas

que terminan creyendo en los poderes

y en lo infalible de chamanes, brujos,

sacerdotes y papas

poseídos por estos por virtud de los dioses

por ellos mismos hechos para llenar los pueblos

de miedos y milagros, y premios y castigos

y destinos divinos

 

Y cada cosa tuvo su dios,

y cada dios tuvo su territorio

y su recua de crédulos

y sus delegatarios,

papas y sacerdotes,

chamanes, curanderos,

brujos y adivinantes.

 

Y cada dios exige su culto,

templo y rito

con sacrificio humano

con himnos y danzantes

y cada pueblo siente

que su dios es el único

y su fe es el camino

para llegar al seno de la divinidad

que lo espera al morir

tras haber soportado

con actitud estoica

la vida miserable

que le impuso su fe.

 

Y cada fe se lanza

a conquistar el mundo

con la convicción firme

de ser única senda

para llegar al cielo,

al nirvana

o al punto de partida

a la nada donde todo es no ser,

no placer, no dolor,

no anhelo, no fracaso.

 

Y cada fe se arma

de cruces y estandartes,

de espadas y arcabuces,

y una veces en nombre

de dioses y creencias,

y otras más en el nombre

de paz y libertades

y demofarsas cínicas

se lanzan contra pueblos

con menos armamentos.

 

Y con empalamientos,

crucifixiones y horcas,

y con aplastamiento de pueblos

bajo tanques y bombas y venenos,

los astutos que han hecho del sudor de los pueblos

su fuente de riquezas,

fungen de libertarios,

pacifistas, demócratas

y proclámense dueños

del mundo y sus recursos,

y condenan a pueblos

al hambre y la miseria,

y matan a los hombres

antes de concebirse,

mas los sobrevivientes

nacidos en  la orilla más lejana

de alguna leve oportunidad,

en cárceles, tugurios,

bajo puentes y árboles,

van creciendo al influjo

de la rabia y la envidia,

van creciendo sin alma

para el bien porque a ellos

nada bueno les pasa

al pasar por la vida.

 

Y ellos los que son nada

porque nadie les tiende una mano de ayuda

por ser hijos de nadie y basura en las calles,

se adueñan de las calles

y en ellas como sombras malignas

detrás de cada esquina, con changòn y puñales

merodean a la espera de víctimas propicias

a quienes rapan todo, hasta la misma sangre

de los llamados buenos ciudadanos

que nada bueno hacen por los de más abajo.

 

Y los astutos ante la estulticia

de la gleba creyente en la marrulla

de los posesos por la diosamenta

alumbrada en la antigua oscurantìa

donde dioses y cielos,

y demonios e infiernos,

prometen y amenazan

a las almas obtusas

con glorias infinitas

y castigos eternos,

disyuntiva que pone

en las manos del sátrapa

el fruto de la fuerza y los saberes

del hombre que trabaja,

la tierra donde eran como el viento

libres los aborígenes,

los recursos que hacen de esas tierras

emporios de riquezas,

la voluntad de pueblos

antes dueños de su cosmovisión.

Y así, bien por la fuerza

de miedos seculares

metidos en el alma popular,

o bien a fuerza de hachas

y de espadas,

fusiles, bayonetas y metrallas,

tanques y bombarderos,

la fuerza de trabajo,

el sudor de los hombres y mujeres laborantes,

los bienes materiales nacidos en sus manos,

los suelos y subsuelos,

los ingentes recursos renovables

y los no renovables,

todo, todo lo habido y por haber,

lo ya inventado y lo que inventarían

se fue adhiriendo de la sangre esclava,

se fue pegando de la sangre sierva,

se fue aferrando de la sangre obrera,

sangres chorreantes todas

en las manos masacrantes

de esclavistas, feudales y oligarcas,

constructores de un mundo

donde todo es para el usufructo de unos pocos

a costa del trabajo de unos muchos.

Y los usufructuarios de la fuerza,

del sudor, del trabajo, y del producto

de obreros, campesinos e informales,

no satisfechos con hacerse dueños

del tiempo y el saber de laborantes,

emprenden con perversa iniquidad

su depredante acción sobre el planeta.

 

Y van por la madera de los bosques,

con sierras, fuego y hachas,

 

Y desgarran la piel de pacha mama

con dinamita y dragas y tractores,

en pos de codiciados minerales,

 

Y rasgan los estratos de la atmosfera

con poluciones varias y dañosas,

 

Y por mares y selvas y por ríos

van por la ropa de los animales

para vestir con ella a quienes pueden

vestir su piel con pieles de alto costo,

 

Y van por el petróleo de los pueblos

y con mano de obra de los mismos

lo extraen del subsuelo,

y se lo venden a sus propios dueños

a precio de importado,

 

Y van con sus maquilas a los pueblos

donde abundan las manos sin trabajo

que pagadas con mísero salario

de mercancías inundan los mercados

causando quiebra y ruina a empresarios

de medianos y bajos capitales,

 

Y van por la tranquilidad,

sosiego y paz de gentes campesinas

con ejércitos y paramilitares,

asesinos estatales

y sicarios particulares,

quienes en incursiones mancomunadas

expolian de sus tierras,

sembrados y animales a los hijos de la tierra

para usufructo

de modernos feudales en ascenso,

 

Y van por la conciencia electoral

del lumpen proletario

mercada con paupérrimos subsidios

creadores de mendigos

renuentes a la lucha por vida en dignidad,

porque sus vidas de alcantarillescas ratas

nutridas con bazofia deben seguir así,

mendicantes,

habitando tugurios,

prostituyendo hijas,

pariendo hijos sicarios,

formando raponeros,

traficando vareta, bazuca, armas

y haciendo cada vez más inmensa

la población que medra

a expensas de un estado amarrador de votos,

promotor de violencias

y protector de aquellos que incrementan su renta

a costa del trabajo, el sudor

y la sangre de los trabajadores.

 

Y de entre los astutos surgen los más astutos,

y ejerciendo derechos y usando libertades

accesibles tan solo a los más poderosos,

quienes en desleales competencias arruinan

a los competidores de ínfima solvencia.

 

Y mientras los pequeños y medianos inversores

Uno tras otro en la miseria caen,

Y se hacen jornaleros de sus antiguos socios

Y recientes colegas, mas rapaces que ellos,

El poder de los fuertes monopolizadores

Reconcentra la banca, el comercio, el transporte,

se apodera del suelo, del subsuelo y de todo

lo en ellos contenido,

y dueños ya de todo

unos pocos señores, nuevos emperadores,

se darán a la horrenda tarea de cambiar

el verde por el negro, el gris, el amarillo,

el rojo y terracota de los suelos ya muertos

en desiertos conversos

 

y ya descongelados Himalaya y andes

y haber trizado todo con feroces deslaves,

los antaño azulosos y  transparentes ríos

serán caños inmundos portadores de heces,

de pestes y hediondeces

que de lagos y mares harán un basurero

De pútridas y cálidas aguas contaminantes

de la anciana galaxia, desgravitada y loca.

Y los nuevos viajeros de la mar

ya no irán de turismo en suntuosos cruceros.

Irán a pie, mas nunca levitando,

A pie, de salto en salto,

cual carroñero hambriento

sobre los basurales que atestaran las vías

fluviales y marítimas

y mataran la vida que en ella antes había.

 

El azul de los cielos se tornara cenizo

a fuerza de abundantes humos polucionantes

brotados de las fabricas, emporios de riqueza,

donde la fuerza obrera gota por gota vende

por salarios de hambre su sudor y su sangre.

 

Los lagos y lagunas encogerán su diámetro

y serán arenales los que antes fueran ríos,

las lluvias serán acidas, cada vez más escasas,

y por falta de ozono, rayos ultravioleta

lloverán  calcinantes sobre una tierra en ascuas.

 

Altas tecnologías harán en breve tiempo

masivas producciones con mano de obra mínima,

y entonces será ingente la masa desempleada,

que cada vez más pobre, muriendo vida indigna,

con escases de todo, sedienta y hambreada,

armada de coraje, por la rabia empujada,

hecha turba caótica, la emprenderá cegada

contra detentadores de poder y riquezas,

cuya sangre hará ríos

por aldeas y pueblos y ciudades quemadas.

 

Y después, cuando todo sea nada por causa

de la muerte engendrada por el hombre en la tierra

y la violencia lumpen por el hambre arengada,

quizás el ascua oscura subsistente y enfriada,

ya sin fuerza centrípeta emprenda fuga errática

por la galaxia anciana.  

 

 fernandocardonakaro