Visión
(Parece que acabo de inventar el verso vigesílabo o vigesilábico)
¡Oh!, dulce visión, fulgor sagrado, los cielos se abrieron ante mí,
y el que estaba en el Calvario condenado no está en la cruz... ¡yo lo vi!
Entre siete fulgurantes luces, (siete estrellas sus manos asían),
no entre dos cruces... con sangre y lodo, sino en la Gloria, ¡lleno de vida!
Su rostro radiante como el sol y sus cabellos blancos como lana,
ceñido al pecho: cinturón de oro, largo vestido a sus pies alcanza.
Sus ojos destellan llamaradas y sus pies son de bronce pulido,
en su boca hay espada de dos filos, y ¡es el Hijo del Hombre el que habla!
Su voz resuena fuerte, cual mil clarines y me invita a levantarme...
y a no temer, (porque casi muero ante esta gran visión que vi en los cielos).
¡Jesús es Señor!, (estuvo muerto, mas ahora vive por los siglos),
suyos son la Gloria, el Poder, la Alabanza y el Reino, ¡de todo es dueño!
Él es mi Dios, en Él confío... ¡y yo ya estoy disfrutando de su Reino!