SILENCIO
El silencio parecía ser eterno y siempre aclamaba mi tormento,
era un silencio que llegó a finales de enero y así se encarnaría para siempre en mi descontento.
El silencio llegó de repente y ya nunca se alejó de mi mente,
su condena aún hoy presente, me acompañará hasta el día de mi muerte.
El silencio, el maldito silencio, el desgraciado silencio
opacó mis días dejando soplos puros de melancolía, mientras que sin pesarlo siquiera se llevaba tu hermosa vida.