Le pediría a Usted su mano,
Pero no para un compromiso matrimonial.
Si no, para dejarme ver sus cicatrices, sus daños.
El paso del tiempo, del trabajo, de los años.
Con los daños en sus dedos.
Con los dibujos de sus sueños.
Recordar como era su tacto, en mis manos,
Su olor, su sabor, su presión, sus caricias.
Le pediría a Usted su mano.
Quisiera quedármela guardada,
Como quien guarda tesoros en los armarios,
Para utilizarlos, uno de esos días que te encuentras raro.
Le pediría a Usted su mano,
Para recordar, como era su tamaño
Como me limpiaba mi llanto
Como me amamantaba de su pecho exhausto.
Le pediría a Usted, Madre un abrazo,
Pero aunque sé que no puede dármelo
Mordería con su boca desdentada, la tierra que la oculta
El silencio que le cobija y la calma que le abruma.
Por eso tengo guardado mi tesoro, como le dije, en mi armario.