Salvaje y rustica mi alma seguirá infligiendo
en la ciencia de saber, que en las espaldas
cargo el madero.
El tormento de estar al tanto,
que siendo condenado a envejecer
morir viejo y enfermo,
siendo prole de los condenados padres de la humanidad,
Adán y Eva, Hombre y Mujer
que contradicciones tiene la vida
mientras el Dios de vivos y muertos predijo
que los hijos no pagaran, por el error de sus padres
¡Que errores aun existen en la divina perfección!
Ni soy de aquí ni soy de allá
ni sabio, ni poeta ni loco
realidad que emana de las conciencias,
sin fanatismos.
Ateísmo, no, no lo es.
Crédulo o no
los hombres amamos el opio.
A quien le regale los oídos, melosas amistades
hermanos inventados,
develando la tristeza inmensa en sus almas
de querencias inmaduras, azotadas niñeces
pubertades de pobrezas del espíritu
¡Oh señores, damas y niños!
El sabio ser, sabe por viejo, pero sabe más por observar
sabidurías de las vivencias,
de las hipocresías y falsedades
el hombre por el hombre
cárceles llenas de impotentes leyes,
sociedades ancestrales,
siguiendo el ruin destino de las maldiciones,
países condenados a la hambruna
a las guerras, con errores he sido dado a luz
con dolores me parió mi madre.
Naturaleza , esquivando las torpezas
ermitaño rotulan aquellos que discriminan,
aquellos que nada saben de las penas
la suerte esta echada
toda generación pereció por sus pecados
aquel que nos creo,que nos diseñò,
tan bellos, sobre toda otra bestia animal
luego de fallar, debió matarnos con peste,
con vejez, enfermedad,
con agua y azufre
con un diluvio,
¡Pero que bello es un simple arcoíris!
A nuestros ignoranteS e ingenuos ojos
pero dolor en su existencia divina,
le ocaciona,al juez supremo
que condena y ama
mas allá de disciplina, es castigo.
Un Dios de amor y odios,
nosotros hermanos somos en semejanza
del Dios que creò los cielos y la tierra.
Darío Ernesto Muñoz Sosa