Darío Ernesto

Salvaje en naturaleza

Salvaje  y rustica mi alma seguirá infligiendo

en la ciencia de saber, que en las espaldas 

cargo el madero.

El tormento de estar al tanto,

que siendo condenado a envejecer

morir  viejo  y enfermo, 

siendo prole  de los condenados padres de la humanidad,

Adán y Eva, Hombre y Mujer

que contradicciones tiene la vida

mientras el Dios de vivos y muertos predijo

que los hijos no pagaran, por el error de sus padres

¡Que errores aun existen en la divina perfección!

Ni soy de aquí ni soy de allá

ni sabio, ni poeta ni loco

realidad que emana de las conciencias,

sin fanatismos.

Ateísmo, no, no lo es.

Crédulo o no

los hombres amamos el opio.

A quien le regale los oídos, melosas amistades

hermanos inventados,

develando la tristeza inmensa en sus almas

de querencias inmaduras, azotadas niñeces

pubertades de pobrezas del espíritu

¡Oh señores, damas y niños!

El sabio ser, sabe por viejo, pero sabe más por observar

sabidurías de las vivencias,

de las hipocresías y falsedades

el hombre  por el hombre

cárceles llenas de impotentes  leyes, 

sociedades ancestrales,

siguiendo  el ruin destino de las maldiciones,

países condenados a la hambruna

a las guerras,  con errores he sido dado a luz

con dolores me parió mi madre.

Naturaleza , esquivando las torpezas

ermitaño rotulan aquellos que discriminan,

aquellos que nada saben de las penas

la suerte esta echada

toda generación pereció por sus pecados

aquel que nos creo,que nos diseñò,

tan bellos, sobre toda otra bestia animal

luego de fallar, debió matarnos con peste,

con vejez, enfermedad,

con agua y azufre

con un diluvio,

¡Pero que bello es un simple arcoíris!

A nuestros ignoranteS e ingenuos ojos

pero dolor en su existencia divina,

le ocaciona,al juez supremo

que condena y ama

mas allá de disciplina, es castigo.

Un Dios de amor y odios,  

nosotros hermanos somos en semejanza

del Dios que creò los cielos y la tierra.

 

Darío Ernesto Muñoz Sosa