Veo el cielo llenos de estrellas
y siento un hambre atroz,
llegó la hora de la cena
y cenaré con Dios.
Es ese cielo estrellado
majestuoso y grande,
quien de modo extraño
me quite el hambre.
Imaginar es muy grato,
que esos destellos de colores,
son un sabroso plato
bien llenito de frijoles.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Bajo el Número 0614-1214
Maracaibo, Venezuela