Sé muy bien, que los segundos de aquél reloj no van a parar.
Que, los días seguirán siendo días inmensos imposibles de enumerar.
Que, el aire no me traerá más tu perfume…
Y que mi boca, no le queda más que olvidar tus recuerdos.
Se bien, que a fuera de la ventana,
Las hojas caerán en un otoño envenenado…
Con muchas rosas marchitadas a falta del roció de tus ojos…
Se también, que mi alma a aprendido a llorar con el mismo vacío...
Pese, que lo he dicho antes,
Nadie logra entender…
Nadie entiende;
Que, basta sólo verte para ser completo…
Que, en todas mis clases,
Mis libros leídos preguntan por ti…
Que, en sus hojas…enumeradas…
Siempre hay un lugar para escribirte…
Se bien que hoy;
Será el último verso encadenado a tu esencia,
Pero, si he de olvidar tus momentos,
Quiero decirte princesa;
Que tanto,
tanto te amo…
Amo tus momentos,
Tu mundo pequeño
Y muy inmenso…
Y… si pese a todo…
Tú algún día lees este relato,
Recuérdame…
Que, ya no tengo piernas para correr,
Ni voz para gritar…
Ni fuerzas para seguir…
Porque, realmente…
ya casi estoy muerto…