Se me acercó con un abrazo
me explico sin preguntar
agradecida clavo su mirada
en mis ojos
Conversamos sus penas
cuantos insultos, maltratos,
golpes, cicatrices
y sin embargo era bella,
dulce, acogedora, fraterna,
apasionada
Me cautivo
y mi alma no cabía en si de emoción,
alegría, felicidad.
Lagrimas caían en mi sonrisa
Caminamos tranquilos, placidos
Cruzamos luces, sombras
Callejones, avenidas
Me decía mientras me miraba con su infinita
dulce mirada
Es verdad me doy, me entrego toda a todos,
por amor y solo por amor
Yo la abrace con todas mis fuerzas,
amada mía por fin te entiendo.
Y me deje guiar por una dulce luz
a mi muerte.