Tu espuma me llegó
como los primeros tragos de luz
y los últimos días de invierno
cuando el azul del mar,
y el tuyo, son uno solo.
Mientrás, del cielo brotarón
cuarenta nubes policromas
que son mías y tuyas,
ya puesto tus ojos
sobre los mios;
en pequeñas motas mudán
habiles manchas
que atisban como un vitral
tu pensamiento.
Ahora mis manos bañan
las olas de tu pelo
y tus holas llenan
mis pulmones vibrando,
Te vas ya y pierdo el catálejo
con el momento en que busco
tu beso que vuela profundo
a sotavento de mi barco encayado.