Adoro esta calle, pues lleva a mi casa,
entre altos encinos, pinos, bugambilias
y una enredadera.
Adoro mi calle, pues en ella encuentro
las huellas impresas que por tantos años,
mis amados hijos, mis queridos padres,
mis buenos hermanos;
en ella han dejado.
Como amo mi calle,
cuando cada tarde desde mi ventana,
veo una silueta y escucho el sonido
que hacen unos pasos sobre su banqueta;
Son los pasos firmes y algo apresurados,
cuando llega a casa el hombre que yo amo.
Luna Violeta