Me pierdo en tus brazos
con la brevedad del encuentro.
Busco en la página gastada,
entre párrafos me adentro.
Pruebo de tus labios la fe
y de tu alma el dulce beso.
En tu pecho desando tormentas
y colmado de fiebres, regreso.
Entre tanta escoria letal
te descubro otra mañana
gastando mis ojos sobre la arena,
buscando la incógnita de la vida
en una respuesta casi vana.
Me suprimo en la inocencia
soportando lo indecible.
Más allá del tiempo
me vuelvo sensible,
la mañana reza y la vida pasa,
el futuro me olvida
y regreso a casa.