Hay momentos que en la vida es oportuno detenerse en el camino
como este en que hoy vivo
este tiempo escogido
para echarse en una cama
y dormir hasta el olvido
incendiar la ropa vieja
y nacer con nuevos bríos
un momento para darnos un respiro
degustar un viejo vino
el que espera a su pareja
esta boca que hoy calla
y no se queja
y el silencio es la metralla
de mi alma que ha querido
encontrarse de una vez
conmigo
con el amigo
con el testigo
con el amor y sus delirios
sus soledades
sus libertades
sus desvaríos
su libre albedrío.
No más caminos
no más senderos
no más destinos
no más viajeros
no más martirios
no mas tormentos
no más cuentos.
Duerme mi niño
descansa en paz.
Duerme mi niño
que este invierno
viene sufrido.