No hay dudas que el corazón
Hoy te ha hecho un lugar enorme,
Donde convive enérgica la pasión
Donde no hay cariño tan bello que conforme,
Las plegarias por tu vida tan escrita
Aquella bendita fuente de la libertad
Con la que sueño sanar la herida,
De todas aquellas batallas de la piedad
Con la que rezo a diario por tus besos
Y hoy me convierto en preso
Del amor que me lleva todo eso.
Sé que quizás no me alcance la vida
Para tapar con una sola mano
El sol que brilla de tus ojos que liquidan,
Este amor desenfrenado
Que cruza a contramano,
Aquella delgada calle que nos separa
Esa distancia que derrama tu existencia
Cuando cuento los pasos que no paran
De latir en lo cotidiano…
Aquel rebelde malestar que me provoca
Cuando sediento de tus besos queda mi boca…
Cuando aquel ocaso se apodera del horizonte
Cuando derriba la tarde feliz que declinaba
Cuando los versos perdidos en el bosque
De la mente que traiciona al corazón que tanto amaba,
Ahí donde la angustia traicionera…
Se apodera de cada uno de los sueños
Es donde surge desde lo más profundo del alma
Aquellas caricias que llenan tu sonrisa
Esas con las que sueño regalarme en vida,
Mientras la calma algún día reclame llevarme
Yo reclamare el más bello regalo, besarte.
Así cuando las horas se vuelven interminables
Cuando no hay señal alguna de tu presencia
Sobre el mar inmenso de tu belleza,
Cuando creo haber perdido el paso
Ese camino empedrado de tu ausencia,
Cuando ciento morir sin tus textos
Frente a las luces de mi vida…
Cuando ciento que no hay otra cosa
Que una clara despedida de mis versos,
Ciento ahí en ese momento
Cruel de la soledad que me sostiene
Que no puedo dejar de pensar en ti…
Porque hoy más que nunca,
“…hoy tengo ganas de ti…”