Como era su distancia de lejana,
que mis brazos extendidos no le alcanzaba,
Mi mirada se ahonda y nublaba,
Que mi voz salía agritos y no se escuchaba,
Como quisiera al fin rosarte,
Saber que estás ahí no perderte,
Que mis ojos solo podrán temer,
Su inocencia perder al mirarte,
¿Cómo rezarle al demonio,
Para que al fin se marche,
Y a dios que le sacrifique,
Para que me deje a mi albedrio?
Mi corazón negro en llamas,
Dulce veneno corre por mis venas,
Este mismo por ti clama y llama,
Se convierte en carbón ante tu ceguera,
Dame tu mano para salir de este pozo,
Yo también merezco un poco de brillo,
Un poco de esa luz blanquecina en mi rostro,
De sentirme protegido y sin miedo,
Quiero decirle a la C.I.A y a los mismos dioses,
Que se larguen y no me escuchen,
Que quiero llevarte a un gran bosque,
Y con cada criatura y planta pintarte,
¿Cómo rezarle al demonio,
Para que al fin se marche,
Y a dios que le sacrifique,
Para que me deje a mi albedrio?
No sabes cómo sueño contigo
Como escavo en mi alma,
Para encontrar algo y traerte conmigo,
Sentir en mí que todo está en calma,
Eres el Beso y el olor,
Eres la esencia de la flor,
Eres el petirrojo y el dolor,
Eres el hechizo y el encanto,
Eres la distancia que con nada acorto,
Ni vendiendo mi espíritu,
Ni corriendo hasta el maltrato,
Sentiré en mi ser tu luz.