Que bellas las caderas que te adornan
Meciendo lado a lado tu cintura,
Alinean en tus hombros la espesura
De tu pelo, cuando el viento retorna
Que bello el caminar que te corona
Combina a tu sonrisa blanca y pura
Con la mirada tierna que desborda
El sincronismo cruel de tu hermosura
En el abismo vil de la franqueza
Los niños despabilan los luceros
Soñando convertirse en caballeros
En busca de una similar belleza
Para reconquistar el mundo entero
Ninguna ha de igualarte mi princesa