LIZ ABRIL

PERTENENCIA

Cuando escucho tu voz... enmudecen todas las voces,
la gente alrededor, de repente, se vuelve extraña.
Basta para mis ojos sumergirse en tu mirada.
y para mis oídos sólo bastan tus palabras.

 

La incertidumbre se agota en el hueco de tus manos,
La rutina no llora tu presencia repetida.
Mi soledad rellena todos sus pozos oscuros,
para refugiar mi miedo sólo bastan tus brazos.

 

Se asfixian todas las dudas con el aire que exhalas,
tus ojos son el espejo donde refleja mi alma.
No importa si hay tormenta, si el viento azota o si tiembla ...
Porque yo encontré mi lugar, porque tú eres mi casa.