rodulfogonzalez

IRRADIACIÓN

 

 

Tu belleza silvestre, tu sencillez de rocío, tu fragilidad vítrea y esa sonrisa subyugante que emana de ti cuando, para hacerme feliz, celebras mis ingenuidades, te hacen irradiar el aura de las santidades, la inocencia de los niños y la serenidad de los sabios antiguos.

Te deseaba  y llegaste a la humilde covacha de mi vida ayer, cuando ya el virus de la desesperanza empezaba a carcomer, con inaudita eficacia, mi imaginación de poeta.

Sin embargo, pareciera que me acompañas desde hace milenios poéticos. ¡Ya no estoy solo! ¡Luz!