Te alejé con mi locura,
Te maté con mi inseguridad,
Acabé destruyendo tu vida,
Mi vida, mi otra mitad.
No resignaste tu libertad,
Por la mía, no te daba igual.
Te alejaste, y lo sabías,
Que me librabas al azar.
Procuré no caer en tu poseso,
Pues, ya poseía tu desprecio,
Más, aún así, mi corazón, necio,
Buscaba no sentirse preso,
De algo que no podía amar.
¡Qué traición la del alma!
Que no cura mi andar penoso,
Más yo me juré no amarte,
Y por más que no, logro pensarte,
Caigo en ese brillo, en tus ojos
Y no puedo levantarme.
Construyo mis males hacia a ti,
Para así intentar odiarte.
Se derrumban paredes, techos, rieles
Pero un muro, impide omitir.
Has hecho de mi angustia tu mundo,
Has hecho de tu desprecio mi penar,
No sé si amando he de morir,
O moriré por amar.