Navegando por un mar oscuro intenso,
sobre las profundas ondas de tormenta,
sin una luz en el horizonte inmenso.
¡Cruel es lo que se siente y experimenta!.
La noche està vacìa..., y la soledad
hiriendo el alma con emociones viejas,
que amagan continuar en la eternidad.
¡Cuàndo un resplandor, es ilusiòn sin quejas...!
Llora..., pero aleja su dolor vibrante
para revivir con nìtido esplendor,
y observa las olas con amor sedante
porque en lo profundo està su Sanador.
Un dejo lleno de nuevas esperanzas
va callando las moribundas campanas,
y animadas despiertan sus otras danzas,
que por las aguas mansas, llegan tempranas.