Bella mujer matizada de azucenas
llego silencioso al borde de tu cama,
altar supremo, de gloria eterna
de amante que se entregan el alma entera.
Llego a tu altar, te encuentro desnuda,
envuelta en tu angelical silencio,
junto mis labios a tu boca muda
teniendo asi placer inmenso;
descubro tu cuerpo en blancas blondas
dejando a mi vista tus bellos senos,
y extasiado admirando tan bella hembra,
cubriendo tus pezones tu lindo pelo.
Verte asi,amor, no describo
¡ pasa, amor, no tengas miedo¡
dame cariño,que aqui lo espero,
para tener, contigo, placer eterno.
¡Quitame! este ardor que me calcina
bebe de mis senos, miel de rocio,
quiero sentir tu cuerpo, dentro del mio.
Por: Manuel Palacios.