Eremita

La melodia del silencio

vehemente, gritan los fatalistas deseos , desnutridos por falta de lagrimas, vehemente, porque deje mi libertad y abandone el don de ausentarme de la realidad.

En silencio duermen apaciguados por el tiempo y adormecidos por un objetivo, huerfanos de caricias, de versos indecisos y de amores furtivos. 

En la noche aun escucho sus gemidos, vuelve vehemente, al placer de la soledad, siente el  odio , el brote del agua  en tus pupilas, ¿recuerdas como el canto del silencio era la mejor melodia?, ¿ recuerdas de aquel invierno en el que te hacia compañia?

los remolinos del viento , arrastrados por el invierno, traspasaban mi cuerpo, y cual cerdos mesquinos se revolcaban entre mis pecados. insaciados encarcelados en mi garganta aguardan fervientes liberarse con mis lagrimas.

la melodia del silencio , intenta despertar a los deseos, pero ellos con una sonrisa entrecortada aguardan la noche invernal.