¡Amiga! (a María Bustamante Chávez)
A veces las hojas sacuden el viento,
a veces las anclas escarban océanos...
a veces no se pueden definir los hechos,
y, entonces decimos que son sentimientos...
¿Qué cosas hacemos para que ocupemos
en un corazón, un lugar completo?...
ni diez mil palabras ni un libro creo
que me alcanzarían en este intento...
María, María, peruana bonita
de dulce sonrisa, de ojos con chispas...
¿cómo describirte?, ¿con qué lograría
pintar tu alegría con que me acaricias?
¿Y tus ojos? que tienen la extraña pureza
de aquellos que quieren ¡sólo hacer lo bueno!,
¿Qué digo?... ¡Sí, quiero describirte toda,
pero no lo puedo...!
¿Sabes una cosa?: Tú me has regalado cariño sincero,
amistad profunda, ayuda, dinero;
si el amor es dar, ¡cuánto me has amado,
más de lo que espero!
Yo soy un poeta que escarba en los cielos,
ávido, buscando ocultos luceros;
no puedo brindarte nada material,
por eso este pobre poema te entrego...
a cambio de tanto... y también te digo:
¡Qué estoy orgulloso de ser tu amigo...
y mucho te quiero!