La música de tu alma me invade
y llenas por completo a este corazón de letras.
Las melodías de tu voz curan mi alma
y la poesía de tu boca me sumerge en el amor.
¡Qué sutiles son tus ojos!
Impregnando fantasías desde lejos.
¡Qué paraíso el de tu abrazo!
Tan deseoso por mi cuerpo.
Ven, con tus acordes, con tu tinta y sentimientos,
que inventaremos algo con ellos.
Ven, que seré tu partitura si lo quieres,
seré cuerda y seré sonido,
seré el papel donde plasmes tus secretos.
Mas empieza por mi piel y sigue por donde prefieras,
que no me negaré a ser parte de tu musa,
ni ser causante del placer que en tí pudiera despertar.
Ámame con rimas o sin ellas,
ámame de los pies a la cabeza,
ámame y has de eso un estribillo
que jamás lo olvidaré.
Ámame,
y has así, por siempre de mí, tu mejor composición.