Nadie sabe más de mis sentimientos , Que ese mar callado , Que a mi pluma llega, salpicando sueños. Blanca palidez , Que de citas nocturnas , Esperas mi calma inquieta. Hoy te daré mi sangre negra , Que es una legión de hormigas , En orden , rimas y desvelos plácidos. Nadie sabe más de mis sentimientos , Que tu dormitorio hueco , De sábanas frías y desarrugadas. Y si al fin llegase el alba , Lo hiciera despierto o de sueño , Caeré rendido sobre tu lecho , Y aquel secreto , aquella astilla del alma , Será compartida, Será reflejo de nuestro mutuo silencio