Querida dama cuando vengas a visitarme
te abriré las puertas para acompañarte
No tendrás que insistir
pues contigo sé que me tengo que ir.
Solo te pido que seas paciente
y de los míos me dejes despedir
antes que nos decidamos a partir.
Te recibiré como una amiga
y te daré lo que me quede de vida
para emprender un nuevo camino
para mi totalmente desconocido,
donde quizás no exista nada
o por el contrario lo sea todo…
Cuando llegues te reconoceré
pero no me rondes por mucho tiempo
porque no quiero que sea duro el partir
y así, si la visita es breve
más agradecida quedaré de ti
pues dada tu presencia no tendría sentido seguir
aferrada a este mundo
tan querido para mí.
Así que ya ves bella dama
que temerosa no voy a estar de ti
pues cuando me llegue el momento
sabré que estás ahí
para despojarme de esta vida
que ha llegado a su fin
y que entrego a la dama muerte
que está esperando por mí.