Plataforma Diecinueve
Como una fotografía
vuelve otra vez el recuerdo
a instalarse en mi memoria,
la más reciente historia...
la última despedida.
Plataforma diecinueve,
un coche internacional
parte hacia Buenos Aires...
(en Asunción no hay mar)...
afuera muy fuerte llueve...
(tenía los ojos verdes
que a veces suelen cambiar)...
¡Oh mi Dios, si Tú me dieras
otra oportunidad para amar!
Hace ya unos cuatro años
me fui hacia las tres fronteras
(le pedí que me siguiera
y no la supe esperar);
tenía los ojos grises...
me quiso y también la quise,
pero me fui y la dejé...
¡hasta hoy pregunto: ¿Por qué...?!
¡O mi Dios si Tú me dieras
otra ocasión para amar!
Una pequeña morena
quiso en mis brazos quedar,
¡tan jovencita!, ¡qué pena!,
no me quise enamorar...
¡tan sólo catorce años...!
pensé que le haría daño,
y, el candor de sus amores
de tiernos ojos marrones,
opté por abandonar...
¡Oh, mi Dios, si Tú me dieras
otra ocasión para amar!
Antes de estar divorciado
tenía un hogar dichoso
y no me faltaba nada:
Una esposa enamorada,
hijos, bienes y placer...
pero es lejano ese ayer
feliz de hombre casado,
y en el balance (penoso),
sólo atino a implorar:
¡Oh, mi Dios, si Tú me dieras,
otra vez, a quien amar!
Andenes, puertos, fronteras...
caminos en que se alejan
los recuerdos y las penas...
las mujeres que tuviera...
Mirtha, Daniela, Raquel...
Miryam, Rosita, Graciela...
Nimia, Olga, Isabel...
(las demás no nombraré,
sólo es lista de fracasos,
¡un botón sirve de muestra!)
¡Oh, mi Dios, sólo otra vez
entrégame una mujer
para tener en mis brazos...
quiero volverlo a intentar,
tal vez aprendí la lección...
tal vez... ¡aprendí a amar!