Voy uniendo eslabones
uno a uno en la cadena,
que me amarró eternamente
enamorado a tu vera.
Entre noches y mañanas,
amnésicos sueños que calzo,
entre mares de palabras
escritas llenas de trazos,
intento muy lentamente
acabar esta cadena
acercándome a la muerte
por tus mentiras rastreras,
¡no mereces que te quiera...!
Ni siquiera te mereces,
¡morir por ti! Aunque muera.
(ermanué)